De  izquierda a derecha: Antonio Pacheco, director Ejecutivo de ADES; Omega Bula, Iglesia Unida de Canadá; Juan Ayala, profesor y director del centro escolar; y Marina Hernández, vice presidenta de la ADESCO de Santa Marta, año 2007. Tomada de Comunidad Santa Marta.

Escrito por: Juan Ayala.

26/02/2023

Trabajé de cerca con Antonio Pacheco director ejecutivo de la Asociación de Desarrollo Económico y Social, ADES Santa Marta, a partir del año dos mil tres en mi calidad de director del Complejo Educativo “10 de octubre 1987”. Para entonces Antonio Pacheco lideraba el programa de educación de ADES que inició a principios de mil novecientos noventa y entre los componentes estaba el proceso de formación académica de los maestros y maestras populares, del cual fui parte, que culminó en el año dos mil tres con la graduación de profesorado de alrededor de treinta docentes de las tres escuelas de Santa Marta, siendo ésta una verdadera proeza de la visión y firmeza de Antonio Pacheco que ni nosotros creíamos posible hasta que ocurrió el ingresos a la Universidad de El Salvador en 1998.

En ese mismo año (2003), después de varias solicitudes, el MINED autorizó el Bachillerato General en la Modalidad Presencial en el Complejo Educativo “10 de octubre 1987”, pero éste fue aprobado sin plazas y por lo tanto no se tenía forma de contratar a los docentes para atender a los estudiantes de éste nivel educativo. Es así que nos avocamos a Antonio Pacheco confiando que como ADES nos ayudaría. Antonio Pacheco no dudó en hacer todas las gestiones y así se logró contratar a los maestros supliendo aquella necesidad de forma urgente porque el año lectivo ya estaba en marcha y más de cincuenta jóvenes estaban preparados para empezar sus estudios. Pero con la aprobación del bachillerato se vino la necesidad de más aulas tomando en cuenta que solo contábamos con una y para los siguiente próximos años se requerían tres más ya que se venían dos secciones de noveno grado por año. De inmediato ADES inició la gestión para construir cuatro aulas en segundo nivel donde ahora se imparten la clases de bachillerato. El proyecto también incluyó la construcción de las instalaciones donde se atienden a los niños y niñas de guardería y la parvularia de Santa Marta que incluyó el salón de reuniones, una sala de clases, baños, una cocina y comedor incluido, una oficina y dos  bodegas en segundo nivel que complementaban las cuatro aulas ya existentes. Dicho proyecto fue finalizado el año dos mil seis con el financiamiento de la cooperación Española  y Educación Sin Fronteras siendo ADES la institución encargada de la gestión y ejecución del mismo. A día de hoy ha sido uno de los proyectos más importantes que no ha sido superado por ningún otro en importancia e inversión y que difícilmente se hubiera logrado con las instituciones del Estado.

En noviembre del año dos mil cuatro junto con Antonio Pacheco participé en una misión en Estados Unidos que constituyó el inicio de la gestión de lo que es el “Programa de Becas para estudiantes universitarios de Santa Marta”. Muchos de los jóvenes estaban en su último año de bachillerato y pronto iniciarían sus estudios universitarios, pero por las condiciones económicas de sus familias la única posibilidad que tenían de continuar sus estudios era por medio de una beca. En ese viaje asistimos a la de Universidad de Detroit en Michigan e hicimos una exposición sobre la Educación Popular en Santa Marta y el “Programa de Becas para estudios universitarios de jóvenes de Santa Marta. Estábamos en la parte final de preguntas y respuesta cuando entre los cientos que se encontraban en el auditorio de dicha universidad uno del estudiante se dirigió a  Antonio Pacheco y le preguntó: “Si usted fuera electo presidente de El Salvador ¿Qué es lo primero que haría para combatir la pobreza y la desigualdad social?” Y Antonio Pacheco sin vacilación le respondió: “Elevar el presupuesto de educación al 6% del PIB para invertir en más escuelas y maestros así poder ofrecer educación a todos los niños y jóvenes del país con especial énfasis a aquellos que viven en la zona rural”, cuando el presupuesto de educación de el Salvador en el 2004 era de 3.43%. El estudiante mostró un gesto de satisfacción y el recinto se llenó de aplausos ante la respuesta. Aquella pregunta que parecía no tener relación directa con el tema, luego comprendimos que la intención era probar que tan convencidos estábamos que la educación era la solución a los problemas sociales en un país como El Salvador que aún sigue sumergido en la pobreza y la desigualdad. Después de dieciocho años el “Programa de Becas para estudiantes universitarios de Santa Marta” ha sido todo un éxito que ha cambiado la calidad de vida de cientos de jóvenes y sus familias, jóvenes que su suerte ya estaba echada de no haber sido porque tuvieron la posibilidad de superarse a través de la educación.  

Como ha demostrado Antonio Pacheco es un ejemplo de coherencia entre sus palabras y acciones, de su visión y su trabajo que por más de treinta años ha llevado a cabo en las Santa Marta, en Cabañas y porque no decirlo a nivel del país. Me atrevo a decir que Antonio Pacheco es de los pocos que no abandonó a su gente después de finalizada la lucha revolucionaria dedicando su vida a ayudar a los más que más lo necesitan. Una persona como él no merece ni se les debe tratar como se está haciendo ni que tampoco tienen porqué estar pasando por la situación en la que se encuentra en estos momentos. Lo menos que se puede hacer es pedir su libertad porque después de todo Antonio Pacheco es una persona que en su caminar ha demostrado que no le huye a los problemas y así como los ha superado sabrá hacerlo en ésta situación. Éste, tampoco será el último obstáculo que tenga que enfrentar estoy seguro que Antonio Pacheco seguirá luchando y venciendo todo lo que tenga que enfrentar hasta el último día de su vida como bien lo ha testimoniado.

¡Libertad Ya! Para Antonio Pacheco.

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