Por Jorge Menjívar. Colaboración

Entre tejados de barro y paredes de adobe se colorean sueños en la ciudad de Suchitoto, que hoy busca vestirse del celeste al azul, como uno de los principales centros de producción de textiles elaborados en forma artesanal y teñidos con el colorante natural “el añil.” Para quienes se dedican a esta actividad económica es una forma de tejer sueños y conservar la historia y cultura del añil en El Salvador.

 

La plaza central frente a la Iglesia Santa Lucía, será el sitio que dará vida al Primer Festival de Añil en la ciudad, que se transformará en un espacio para quienes trabajan en esta actividad puedan promover sus productos con los visitantes locales, nacionales e internacionales. El próximo 1 y 2 de julio.

Son únicas, no hago grandes cantidades comerciales, sino piezas que deben ser valoradas como arte en añil” expresó la emprendedora, Irma Guadron, quien se ocupa desde algunos años al trabajo artesanal dando color a las prendas para mujeres, hombres y niños, que elabora en su taller.

Por su parte la presidenta de la Concertación de Mujeres de Suchitoto Ana María; una organización que trabaja con grupos de mujeres del municipio, dijo que el teñido en añil ha permitido que mujeres rurales hayan logrado una autonomía económica, aportando a los ingresos familiares y en muchos casos son quienes sostienen los hogares.

El cultivo del Xiquilite, planta tintórea que mediante su procesamiento da como resultado el polvo azul que es el principal ingrediente para el pintado de prendas, que data desde la época de la colonia, que fue uno de los productos de exportación de la economía nacional que cayó en decadencia con la invención de los colorantes artificiales.

Aseguran los pobladores qué en el Cerro Guazapa, aún hay vestigios de obrajes, que están compuestos por tres pilas de diferentes tamaños y donde se procesaba el Xiquilite, obteniendo el añil en forma de una masa azul, que posteriormente pulverizaba convirtiéndose en polvo. En Suchitoto la Hacienda Los Nacimientos cuenta con cultivos que procesan y comercializan a nivel local e internacional el añil.

Vestirse de azul y caminar entre adobes y tejados es reencontrarse con el pasado, en Suchitoto, la ciudad teñida.

 

 

 

 

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