"Nosotros hicimos un juramento, que íbamos a luchar, a dar la vida por los pobres, para que hubiera un cambio"

Tiene 50 años de edad y su nombre completo es Teodoro Hernández. Famoso por los chistes y las historias que suele contar de su vida y de la guerra. Este hombre afirma que no se arrepiente de haber luchado en las filas guerrilleras, aunque de esa luchas sólo ve pasar logros en otra gente.

Asegura tener el don de adivinar el futuro. En la guerra le pusieron el apodo, “El Siete”, porque siempre ocupaba el número 7 a la hora de formar la fila guerrillera, al menos, eso es lo que cuenta él.

Entró a la ex guerrilla del FMLN cuando tenía 15 años de edad y cree que es mejor que no haya tenido esposa o hijos porque ahora estuviera preocupado por el ambiente de violencia que vive el país.

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Dices que luchaste por los niños, ¿por qué?

Porque yo fui un hombre que luché de niño y luchaba por niños.

Había que luchar. Nosotros hicimos un juramento, que íbamos a luchar, a dar la vida por los pobres para que hubiera un cambio. Si nosotros moríamos, con gusto los íbamos a morir, los niños tenían que ver eso.

¿Estabas convencido de eso?

Yo estaba convencido de eso. Cuando empecé a entrenar tenía 13 años, cuando ya me metí de lleno a la guerrilla, me metí de 15, entrando a los 16. A nosotros nos dijeron que para una guerra era, que se tenía que luchar para un cambio.

¿Y qué experiencia te pasó en la guerra?

Por la voluntad de Dios en experiencia de que soldados me hayan salido, no. Pero cuando lanzaron la bomba hay por donde Mateo Chicas (Plan de la Uvilla) yo venía en una yegua. Iba a dejar comida a los compas y de presto saltó el avión “F5”, cuando de un solo tiró la bomba. La aventó para el lado donde yo. No me quedó chance de apearme de la yegua. Por poco me desnuco del susto.

¿Y cómo te sentiste cuando andabas en la guerrilla?

Es bonito andar con fusil, va. El fusil es compromiso también, hay que tener valor. Habían compas que se los quitaban los soldados. Se dormían. Degollados los hacían a traición.

Hay que decir la verdad, las guerras no son buenas, va, porque las guerras las inventan los ricos. Las armas es un espanto. Todos los que hacen las armas son gente del diablo. Para mí no existieran las armas. Con una arma de fuego un cipote fácilmente mata a otro.

¿Crees que los niños por los cuales luchaste tomaron el mensaje de lucha?

Algunos si los han tomado. Otros no los han tomado. Yo lo primero que le digo a los “bichos” es que tienen que agarrarle los consejos a los “tatas”.

¿Y ahora a qué te dedicas?

Me dedico a trabajar en la temporadita: rajo leña, voy agarrar cangrejos. Me hago mis tres dólares, cinco a veces. De ahí voy comprando el pan de cada día, compro la gaseosa y algunos cigarros.

¿Criticas eso del gobierno, que a pesar que luchaste estás en la pobreza como otros, sin muchos beneficios?

Yo no lo critico. Yo lo que le doy un consejo al gobierno de que vea por los pobres.

Ahora que hay un gobierno del FMLN tiene que ver por la gente más pobre, porque según va, podría ver otra guerra más “perra”.

¿Si tuvieras de frente al presidente de la República qué le pedirías?

Yo no puedo leer, nunca fui a la escuela, pero la capacidad que tengo es de cuidar al gobierno. He sido guerrillero, he sido preparado en fuerzas especiales. Hoy los mismos que nos hicieron “mierda” son los que están en buenos cargos. De seguridad yo podría cuidar al gobierno.

¿Lamentas no haberte casado o tener hijos?

Bueno, a estas alturas como está, mejor estoy sin nada. Tener hijos, tanto como hombre y mujer no son responsables. Hay “nanas que abandonan a los hijos. Yo fui abandonado porque mi tata mucho le pegaba a mi nana.

¿Me puedo tomar una foto contigo para el recuerdo?

No, no me gusta porque es una sal que le dan a uno. El que está en la foto ligerito se muere.

Yo tengo el don de adivinar cualquier cosa.

¿Cuando la gente se va para Estados Unidos, sabes si va a llegar?

Yo adivino cuando va a llegar y cuando no va a llegar porque yo le conozco la debilidad que anda malo –alejado de la mano de Dios. Si uno se anda acordándose de Dios logra uno. A Dios le gusta la gente humilde.

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En la guerra “El Siete” perdió 18 familiares, dos hermanos y el resto eran primos.

Increíble, este hombre que dejó casi toda su juventud en la guerra llevando comida y mensajes a los demás guerrilleros sólo pide respeto a su persona. Pide también a quien pueda leer este artículo que le done una mascarilla para poder seguir cangrejeando con más facilidad.

La reivindicación de los derechos de los veteranos de guerra sigue siendo una deuda del Estado.

*Por Vilma Recios, colaboradora de Abriendo Brecha y periodista de YSUCA

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