Redacción Abriendo Brecha

En las vísperas de celebrarse un Siglo del natalicio del obispo mártir y beato, Monseñor Oscar Arnulfo Romero; el Consejo Romerista Intersectorial de El Salvador (CRIES), realiza peregrinación con su imagen por la ruta del deportado, con el fin de sensibilizar a los gobiernos, autoridades y población de la dura realidad que vive la comunidad migrante.

La escultura arribó el año pasado a Los Ángeles, California, el 12 de junio, siguiendo los pasos del inmigrante centroamericano desde El Salvador a los Estados Unidos.

Este año, la escultura nuevamente viajará a varios pueblos de El Salvador, como es el caso del Municipio de Victoria departamento de Cabañas, donde será recibida el lunes 24 de julio a las 3:00 de la tarde en la iglesia del Obispo Luis Alberto Quintanilla en Ciudad Victoria.

Todos los martes “tenemos un servicio por los enfermos y ese día lo que vamos hacer es celebrar la eucaristía a las 10:00 de la mañana, una eucaristía en honor a Monseñor Romero, una misa Popular como le llamamos nosotros” y la imagen permanecerá ahí para quienes quieran llegar, detalla el Obispo Quintanilla de la Iglesia Católica Salvadoreña No Romana.

El miércoles 26 de julio se realizará la peregrinación desde Ciudad Victoria hasta la plaza central de la comunidad Santa Marta, programada para las 2:00 de la tarde.

En la localidad se realizarán otras actividades: una santa misa y proyección de documentales sobre su vida, ese mismo día a partir de las 5:00 p.m. en la casa comunal.

Las actividades continuarán el jueves 27 de julio con un “Corpus en ofrenda a la comunidad migrante” en hora de la mañana y una vigilia por la noche.

A las 8:00 de la mañana del viernes 28 será entregada la imagen a otra localidad que llegará para recogerla en Santa Marta y continuar con el recorrido por El Salvador.

El peregrinaje con la estampa de Monseñor Romero es para exigir el derecho a migrar sin riesgos, sin exclusión, racismo, malos tratos laborales y por condiciones dignas de inserción social de los inmigrantes, que se cuentan por millones.

El arzobispo mártir asesinado el 24 de marzo de 1980 por escuadrones de la muerte, cuyos restos reposan en la Cripta de Catedral en San Salvador, es un ejemplo y una “bandera de lucha del pueblo” reflexiona el obispo Quintanilla, quien invita a participar de todos los actos.

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