Siguiendo la máxima del libertador venezolano Simón Rodríguez: “Inventamos o erramos”.

En el poco tiempo que resta para la elección presidencial y con los resultados del 4M de frente, en el FMLN no hay tiempo que perder en riñas internas, ni mensajes desmoralizadores y desmovilizadores. “Reaprender”, corregir y avanzar, debe ser la consigna.

Un resultado desfavorable en una elección no puede ignorarse, pero tampoco considerarse el fin de un proyecto político de izquierda consistente, con un fuerte pasado de lucha, con cientos de sus mejores hijos asesinados en el cumplimiento de la obra revolucionaria y una ideología probada en los peores escenarios.

“Nunca piense que la izquierda está perdida. Tampoco piense que la derecha ganó definitivamente. La historia humana es una lucha permanente por tiempos conservadores y tiempos distribuidores, es pendular. Esas dos caras han existido siempre y disputan”. Y “si nos toca perder, es para recuperar fuerzas y volver a empezar. Si perdimos es porque alguna pifia tuvimos, no hay que ser soberbios”, aconseja sabiamente el expresidente uruguayo Pepe Mujica.

Comparto el llamado del Secretario General del Partido, Medardo González, que en este momento “no hay tiempo para llorar, no hay tiempo para estar reflexionando demasiado, hay que pensar como un combatiente, actuar rápido” y revertir la amenaza.

El Che decía que “no se vive celebrando victorias, sino superando derrotas”, y aunque en este momento “lo que queda es el desierto puro y duro”, ahora es cuándo, “hay que demostrar, de verdad, lo que somos”, leales militantes de izquierda que se reagrupan, se movilizan junto al pueblo organizado y las fuerzas progresistas del país.

Que funcionen las correas internas para la crítica y la autocrítica, pero que nadie se emborrache de excesos, dándole que comer a los buitres que quieren decapitarnos. Que nadie se aturda creyendo todo lo que los adversarios digan; el partido y su militancia deben centrarse en como enrumbar la batalla que ya ha empezado por la presidencia, y con ello impedir el control absoluto del Estado por la derecha oligárquica, que de seguro le va a pasar factura al pueblo con el control del legislativo en el periodo 2018 - 2021.

Enrumbemos el proceso sin lastimarnos los unos con los otros. Hay mucho que decir y corregir, y cada uno tendrá su razón, pero no hay que perder la cordura y la prudencia, sepamos ubicarnos en tiempo y espacio antes de hablar y acalorarnos.

Crear nuevos frentes de lucha popular y no menguar esfuerzos en las posiciones ganadas, desde las cuales se debe redoblar el trabajo. El gobierno, las alcaldías, el parlamento, los ministerios, el movimiento social, la iglesia progresista y la trinchera más revolucionaria, la calle. Como dicen los cubanos, “esta es la hora de los mameyes”, la hora de la verdad y la acción inmediata. Como hombres y mujeres de izquierda, debemos mantener el rumbo de nuestro espíritu, nuestra moral y nuestras acciones consecuentemente.

“Unidad, Unidad, Unidad. Esa debe ser nuestra divisa”, dijo el presidente Chávez en 2012. A corto y mediano plazo robustecer la organización territorial de base y encarnarla mucho más en el pueblo, acompañando todas sus luchas. A todo nivel de la estructura del partido hay que darse “baños de pueblo” permanentemente, terminar con el burocratismo y la comodidad del puesto público. En resumen, “rodilla en tierra” y “cambio de timón”.

Sobrarán quienes desean el descalabro del FMLN como partido y como proyecto de izquierda; por lo que es necesario defenderlo de sus detractores internos y externos que buscan minarlo. Como toda organización humana no es perfecto, pero es hoy por hoy el instrumento de lucha política que mejor representa los intereses del pueblo.

Los ajustes en su estructura, es un asunto interno, no de la derecha, ni de los medios de comunicación, tampoco de los desertores, arrepentidos y disociadores. Por eso hay que tener mucho cuidado con su discurso, pues en este momento es la dirección del partido el principal blanco, todos pidiendo sus cabezas, porque saben que en río revuelto ganancia de pescadores. Los cambios deben hacerse sin arrebatos ni improvisaciones.

Todo triunfo tiene impresa la alegría de los colectivos que aportan, el fracaso también. Nadie puede absolutizar ni la victoria ni la derrota, ambas situaciones siempre se escapan a la voluntad o designo de un único individuo o colectivo. En menor o mayor grado, esta responsabilidad no se carga sola.

Tengamos en cuenta que el relevo generacional no es un asunto automático, de lo que se trata es de combinar la experiencia con el dinamismo de la juventud, que garantice la continuidad y mejoramiento del proceso. Para mantener un proyecto político, no basta con ceder espacio a los más jóvenes qué engrandecidos como el exalcalde de San Salvador y ansiosos de hacerse un puesto en la historia, sacrifican principios y proyectos, por lo que terminan siendo una total farsa.

Que la dirección nacional y cada colectivo de trabajo en el FMLN medite su práctica, corrija sus errores y reimpulse sus acciones, para enfrentar con éxito las batallas actuales y venideras.

Marzo 26 de 2018.

Por Leonel Rivas.

 

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