Por Leonel H. Rivas | Abriendo Brecha

Cada año los pobladores de la comunidad Santa Marta conmemoran a sus familiares caídos en la “guinda” de marzo de 1981, desterrados al exilio en Honduras por más de seis años por la fuerte represión militar.

Este 18 de marzo con una procesión de farolitos de la colonia Las Vegas, una ceremonia solemne y un acto cultural en la plaza central, con la presentación de una danza teatro por niñas y jóvenes de las Escuelas Libres, la participación musical del profesor Víctor Torres y la agrupación Cierra Madre desde San Salvador; así Santa Marta conmemoró 37 años.

Varios cientos de pobladores de las diferentes colonias y edades realizaron el recorrido por la arteria principal, con cantos y consignas, honrando la memoria de sus muertos. 

El operativo militar tierra arrasada que desencadenó la persecución y la matanza empezó la madrugada del 15 de marzo de 1981 dirigido por el teniente coronel Sigifredo Ochoa Pérez al frente del Segundo Destacamento Militar de Sensuntepeque, con refuerzos provenientes de otros destacamentos y de la Fuerza Aérea salvadoreña, obligando a unas 7 mil 500 personas a cruzar la frontera de El Salvador con Honduras, dejando a su paso decenas de muertos los días 17, 18 y 19 de marzo.

Alfredo Leiva, presidente de la Cooperativa Nueva Heroica Santa Marta afirmó en su mensaje, que “37 años después seguimos recordando, no solo la presencia física de esas y esos compañeros que murieron ese día, sino algo más allá de sus vidas, lo que los y las inmortalizó, sus sueños, sus aspiraciones y su ejemplo. Ejemplo que hemos traducido consecuentemente en lucha por la justicia social y los derechos elementales”.

“A lo largo de esos 37 años nuestra comunidad se ha empeñado en mantener viva su memoria, sus sueños, pero sobre todo seguir su ejemplo de lucha por una sociedad más justa donde todas y todos tengamos mejores oportunidades de vivir y superarnos”, afirmó.

Documentos desclasificados del gobierno de los EEUU revelan “información sobre esta masacre” y “revelan una preocupante autocomplacencia frente a la evidencia de matanzas de civiles, intencionales y de gran escala, por parte de agentes de contrainsurgencia”1, señaló el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Washington (UWCHR) al publicar en marzo del año 2015 documentos a los que tuvo acceso.

El UWCHR documenta que “los oficiales estadounidenses estaban enterados de la matanza de civiles en el río Lempa ejecutada por las fuerzas del estado; no estuvieron en desacuerdo con los hechos reportados por periodistas y grupos de derechos humanos, ni disputaron la responsabilidad de las fuerzas salvadoreñas por estas muertes. Sin embargo, sí objetaron al uso del término "masacre" para describirlas”.

En el sitio de la masacre conocido como Piedras Coloradas en las riberas del río Lempa, se inauguró el año pasado un memorial a los mártires2 y el 22 de abril pobladores de Santa Marta viajaron a la aldea Los Hernández, para hacer un reconocimiento a sus aldeanos por su solidaridad con los sobrevivientes de la masacre3.

Los hechos de marzo son inolvidables en el imaginario colectivo de los pobladores de Santa Marta, que al cumplir 37 años continúan exigiendo verdad y justicia.

Hasta ahora nadie ha sido juzgado por los crímenes cometidos contra esta población campesina y las heridas siguen presente en la vida y memoria de aquellos que sobrevivieron a la política de exterminio del Estado salvadoreño contra poblaciones campesinas enteras.

1 https://unfinishedsentences.org/es/reports/foia-rio-lempa

2 http://abriendobrecha.org/santa-marta/26-santa-marta/76-santa-marta-no-olvida-a-los-masacrados-en-lempa

3 http://abriendobrecha.org/santa-marta/26-santa-marta/81-mensaje-de-la-comunidad-santa-marta-a-los-pobladores-de-la-aldea-los-hernandez

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