Por Merlin Velis

¡El agua no se vende, se cuida y se defiende!
Con esta consigna, diversas organizaciones sociales, religiosas y ambientalistas realizaron la XIX Caminata ecológica, cuyo lema es: Agua y territorio.

La caminata partió desde el parque Cuscatlán hacia Casa Presidencial y se realizó en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, establecido cada 5 de junio por las Naciones Unidas desde 1974, y este año es dedicado a la lucha contra la contaminación del aire.

Las organizaciones ambientalistas pretendían entregar una carta al Presidente de la República, sin embargo, el paso fue bloqueado por elementos de la UMO.

Katerine García, integrante de la Alianza Nacional contra la Privatización del Agua expresó que con este evento “le estamos diciendo al nuevo gobierno, aquí estamos”, agregó que El Salvador cuenta con varias reservas de biosfera al que no se le ha dado un cuido adecuado, contamos con reservas protegidas y seguimos contando con industria que sigue contaminando ríos, lagos, el mar, el río Lempa que incluso ha disminuido su caudal”.

Detalló que en el contenido de la carta entregada al gobierno se le exige que se creen mecanismos y siga aplicándose la Política de Gestión de Riesgos, que esperemos que el Presidente Bukele la retome como obligación del Ejecutivo.

Además, las organizaciones externaron su preocupación por el grave daño a la salud y medio ambiente que provoca la actividad del monocultivo de caña de azúcar, no sólo por las extensiones de tierra que ocupa y gran cantidad de agua que requiere, sino también por los agroquímicos que utiliza dicha industria. El agua es un bien sagrado, porque nos da vida a todos los seres vivos, pero estamos en una situación de estrés hídrico que pone en incierto el futuro de nuestras comunidades.

De acuerdos a datos del Ministerio de Medio Ambiente, para el año 2022, se calcula que el 80% del territorio nacional entrará a niveles de estrés hídrico, de acuerdo con el Plan Nacional de Gestión Integrada del Recurso Hídrico de El Salvador; lo que significa que no se contará con suficiente agua ni de calidad para cualquiera de los usos que se requiera.

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