Saludos, a la mesa principal, a los y las invitados e invitadas y a la comunidad

En éste 29 aniversario “de regreso a casa”, momento para rememorar el devenir de la comunidad de Santa Marta, quiero comenzar esta disertación contándoles un comentario que me hiciera una persona ajena a la comunidad, ella me dijo: Ustedes no tuvieron alternativa, refiriéndose a nuestro involucramiento en el conflicto armado, a lo que respondí de una forma categórica, que si la tuvimos, pudimos habernos ido en cualquier momento de la gestación de la organización en los años 70’s, pero no lo hicimos porque era la única forma que encontramos para defendernos de esa guerra impuesta, era eso o seguir huyendo para toda la vida o condenar a las nuevas generaciones a seguir soportando las condiciones de explotación en que vivíamos. Luego en el refugio tuvimos la oportunidad de nacionalizarnos en Honduras o ir a vivir en un tercer país, pero no lo hicimos por que no se nos pasó por la mente abandonar el camino que habíamos iniciado.

Regresamos en plena guerra, hecho sin precedentes en la historia de América Latina, que refugiados y refugiadas volvieran a sus lugares de origen en pleno conflicto armado, este fue un claro desafío a los planes contrainsurgentes del imperio norteamericano que pretendían deshacerse de las y los refugiados para atacar desde Honduras a los sandinistas en Nicaragua, a la URNG en Guatemala y por supuesto al FMLN en El Salvador, sin tenernos allí como testigos. Esta fue una victoria de nuestro pueblo.

No volvimos con la mente puesta en hacernos una vida tranquila, más bien para ponernos hombro a hombro con los compañeros y compañeras que seguían aquí, librando la más cruenta de las guerras contra la dictadura genocida. Al no más poner los pies en nuestra heroica Santa Marta, nos pusimos manos a la obra y establecimos nuestras prioridades, vivienda, agua, salud, educación y producción; pero sobre todo organizar a la comunidad para continuar la lucha desde este nuevo escenario.

A lo largo de estos 29 años esas apuestas han dado muchos frutos, nuestro proyecto educativo, el más emblemático, nos ha permitido contar con el recurso humano suficiente para enfrentar los nuevos retos, contamos con más de 130 profesionales universitarios y técnicos, con cientos de bachilleres, que poco a poco se incorporan a las tareas en defensa del proyecto comunitario; con una radio comunitaria que permite ir desmontando con el cerco de guerra psicológica impuesto a la comunidad; con una unidad comunitaria de salud, que garantiza la salud de nuestra gente; con tierras comunitarias que garantizan a la población la ubicación de sus viviendas y realizar sus cultivos y además, contribuye a superar el síndrome del colonato.

También a lo largo de estos años Santa Marta ha sufrido una transformación cultural, pasando de una cultura machista y patriarcal exacerbada, que violentaba a las mujeres, y aunque queda mucho por superar, hemos avanzado significativamente en el respeto a los derechos de las mujeres y la tolerancia a la diversidad sexual.

Pero este camino, no ha sido fácil, hemos tenido que enfrentar las más crueles e inhumanas formas de acoso, asedio militar durante los años de guerra, el cerco psicológico y de desprestigio, y el criminal bloqueo de recursos impuesto contra nuestra comunidad, que si contabilizáramos lo que por derecho el estado dejó de invertir en éstos años, lo contaríamos por millones y los cientos de compañeros y compañeras que ya no están entre nosotras y nosotros, que durante este proceso fueron masacrados o cayeron en combate, gloria eterna para ellos y ellas.

Los planes por destruir nuestros sueños han sido enormes, como no pudieron destruir la comunidad con el acoso militar, la guerra psicológica y el desprestigio y el bloqueo económico sistemático, tras los acuerdos de paz, la derecha pasó al uso de otras formas más criminales, si se quiere, como, la compra de voluntades, la descomposición de nuestros jóvenes a través de las pandillas, el alcoholismo y la drogadicción, hasta usar nuestros problemas para hacernos entrar en contradicciones.

Calcularon mal los que pensaron que de esa forma podían quebrar la voluntad de este pueblo, pues lo que siempre ha estado en juego es nuestra dignidad, y nuestra dignidad no se negocia, ni se vende. Asimismo hemos sido lapidados y lapidadas por nuestra posición política de apoyo al FMLN y ante esto nuestra posición es clara; nosotros y nosotras, no apoyamos a un partido político por fanatismo, sino por principios y por defender nuestro proyecto comunitario.

También, enorme ha sido nuestra lucha, por construir y defender nuestro proyecto comunitario, todo lo que ahora tenemos lo hemos conseguido con nuestro esfuerzo y la solidaridad de pueblos hermanos, a quienes agradecemos infinitamente. Cuando nuestros intereses se han visto fuertemente amenazados la respuesta ha sido decisiva, recordamos hoy gestas heroicas de este pueblo, como la movilización para rescatar a compañeros capturados por el ejército, para defender Radio Victoria, cuando ésta se encontraba bajo ataque, para evitar el desalojo de las familias por la disputa de las tierras, entre otras, la movilización pues, se ha convertido en nuestro escudo principal para defender nuestro proyecto y reivindicar nuestros derechos.

A 29 años, la realidad nos impone nuevos desafíos, como continuar la lucha por nuestros derechos, en los distintos escenarios, porque el proyecto comunitario de Santa Marta, no lo vamos a defender solo quedándonos encerrados y encerradas aquí, tenemos que salir y desde el espacio que cada Santamarteño y santamarteña ocupe, debe llevar muy en alto el nombre de Santa Marta, porque ese nombre conduce en sí, los sueños y anhelos de nuestros caídos y caídas, y esos sueños son sagrados.

Plantearnos o replantearnos nuevas metas para seguir mejorando nuestro proyecto, sabemos que hemos avanzado, en educación, salud, comunicaciones, capacidad de gestión, pero hay asignaturas pendientes, como la producción y la generación de ingresos para las familias y aunque es una utopía el desafío más grande es convertir este espacio donde todos y todas queramos vivir, y que esos y esas que hoy migran a EEUU, quieran quedarse. (Aprovecho para saludar a esos compañeros y compañeras migrantes que con su esfuerzo mantienen a muchas familias y apoyan a la comunidad).

La proyección cultural y el rescate de valores fundamentales de nuestro proyecto, así como el rescate y promoción de nuestra memoria histórica.

Desmontar el sistema capitalista y patriarcal en nuestro sistema de educación que tanto daño nos ha hecho y que de manera sutil nos tiene sumisos y sumisas, debemos luchar porque nuestros jóvenes sean cada vez más, personas pensantes y reflexivas de la realidad, para que puedan transformarla y no simples peones en el tablero capitalista, consumista y deshumanizador. Enfrentar, con todo nuestro espíritu los ataques de descomposición a los que estamos expuestos y expuestas en estos días.

Para finalizar quiero, felicitar a toda la comunidad por su 29 aniversario de lucha, todo nuestro esfuerzo ha valido mucho la pena, al liderazgo histórico que con su esfuerzo y empeño nos han conducido hasta aquí, a las mujeres que sin su participación esta lucha no hubiera sido posible, a las y los profesores por transformar cada día las actuales y futuras luchadoras y luchadores, a los y las jóvenes, niños y niñas que son el presente y el futuro de Santa Marta.

¡Viva Santa Marta!

¡Viva el 29 aniversario!

¡Revolución o muerte, venceremos!

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