Redacción Abriendo Brecha.

Pobladores de la comunidad Santa Marta en Cabañas realizan visita histórica a la aldea Los Hernández en Honduras, el pasado 22 de abril, día Mundial de la Madre Tierra, para hacer reconocimiento por su solidaridad con los sobrevivientes de la masacre campesina del 18 de marzo de 1981 en el río Lempa.

Con una Misa de Acción de Gracia celebrada por el obispo Luis Alberto Quintanilla y el párroco de la Virtud, en ofrenda a los caídos en el trayecto de Lempa a Los Hernández, tras el operativo militar tierra arrasada que expulsó a cientos de salvadoreños de la zona de Santa Marta, Peña Blanca y sus alrededores a Honduras.
 
“Nos da alegría poder venir a este lugar para dar gracias a Dios y dar gracias también al pueblo, esta comunidad tan solidaria”, exclamó el obispo, quien también dedicó la eucaristía en el marco del día mundial de la tierra.

Los presentes en nombre de toda la comunidad Santa Marta hicieron entrega de un diploma de reconocimiento, una placa que fue colocada en las instalaciones de la ermita del lugar y un álbum que recopila piezas de la historia de Santa Marta en forma de fotografías, poemas y letras de canciones populares.

En horas de la tarde se visitaron lugares históricos, los sitios donde fue concentrada la multitud de población que huía de la represión militar en El Salvador, donde testigos oculares relataron la difícil situación de los refugiados y el hostigamiento insaciable del ejército hondureño. El recorrido finalizó en las afueras de la aldea, donde se encuentran los restos semi sepultados de una niña, un anciano y una señora, cruelmente asesinados por la tropa hondureña y desechos sus cuerpos con piedras, según lo relataron.

Al recorrido también asistió Olivia Marcela Zúniga, hija mayor de la lideresa indígena Berta Cáceres, quien se dirigió a los presentes para recordar el legado de su madre y su lucha por la justicia.

Compartimos en forma íntegra el mensaje que la comunidad Santa Marta compartió con los pobladores de Los Hernández, incluido en el álbum y pronunciado durante el acto de entrega de reconocimientos.

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MENSAJE INTEGRO

A los pobladores del Valle Los Hernández y de otras aldeas de esta franja fronteriza de Honduras con El Salvador, en nombre de los caídos y los sobrevivientes de la masacre campesina del 18 de marzo de 1981 en el río Lempa, reciban nuestros más sinceros reconocimientos por su valiente y heroica solidaridad.
Han transcurrido 36 años de esos funestos hechos, que acabamos de conmemorar y que marcaron nuestras vidas para siempre. Su gesto de humanidad salvó la vida de familias enteras de Santa Marta, Peña Blanca, El Zapote, Azacualpa, San Antonio, La Bermuda, Caracol, Victoria, que huían de la más brutal represión militar del Estado salvadoreño contra sus propios ciudadanos, gente pobre, diezmada por la pobreza y la represión.

Vamos a celebrar este próximo 10 de octubre, treinta años del Primer Retorno de los campos de refugiados de Mesa Grande a nuestra comunidad, donde hemos reconstruido nuestras vidas a golpe de esfuerzo y determinación, luego de tanto sufrimiento y carencias.
Durante todo este tiempo, siempre supimos que teníamos una deuda, con quienes viven y con quienes ya partieron, una deuda moral que no habíamos saldado, por esa razón este evento es histórico y en ambos pueblos perdurará en la memoria, como la primera visita Oficial de la comunidad Santa Marta a la aldea Los Hernández.

Pero, aunque no volvimos como nos lo recordaron los compañeros en una de las reuniones de coordinación, sepan que jamás hemos olvidado lo que este pueblo hizo con nuestra gente, eso jamás se olvidará. Lil Milagro Ramírez, mártir, heroína y poeta salvadoreña, escribió en agosto de 1971 a su padre desde la clandestinidad: “El pueblo es generoso y aunque pobre, sabe compartir lo poco que tienen”. Es la misma generosidad que mostró el pueblo de Los Hernández con nuestra niñez, los abuelos, las madres y padres que llegaron buscando refugio, desnudos y desbastados por el hambre, heridos y con serios problemas de salud física y psicológica.

Esa solidaridad entre iguales, de pueblo a pueblo, de campesinos a campesinos, de pobres a pobres, la que pudo con el apoyo de internacionales salvar la vida de cientos de refugiados que llegaron sin ninguna pertenencia y con la angustia de un futuro incierto.

Nada es tan desolador como perderlo todo de la noche a la mañana y salir, sin saber, si se va a regresar; esta fue la realidad que vivieron las y los sobrevivientes de la masacre del 18 de marzo de 1981, perpetuada por el ejército salvadoreño en complicidad con el ejército hondureño, que asesinó a muchas personas tras cruzar la frontera, camino a la aldea Los Hernández.

En esta oportunidad, los aquí presentes en nombre de los sobrevivientes y las más jóvenes hijas e hijos de Santa Marta, hemos venido para recordar y conocer el lugar donde nuestros familiares salvaguardaron su vida, reafirmándoles nuestra más profunda gratitud por su solidaridad y comprometiéndonos a fortalecer nuestros lazos de amistad y fraternidad como comunidades hermanas.

En RECONOCIMIENTO a su generosidad, entregamos un ÁLBUM RECOPILATORIO, que reúne PIEZAS DE LA HISTORIA de Santa Marta, este mensaje que está incluido, fotografías, cantos y poemas, que en el transcurso de estos 36 años se han compuesto y recopilado, y que forman parten de la historia y la cultural de Santa Marta. A este álbum incorporamos firmas de sobrevivientes y de los aquí presentes.

La entrega de un DIPLOMA y la colocación de una PLACA, como símbolo de nuestro agradecimiento y nuestra firme determinación en preservar la historia, como llamado de esperanza para que estos hechos dolorosos no vuelvan a ocurrir.

En nombre de la comunidad Santa Marta, agradecemos su presencia y deseamos a las actuales y futuras generaciones, larga vida a nuestra amistad.

Los Hernández - Honduras, 22 de abril de 2017

 

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